¿La encontré?
Luego de tanto tiempo el destino había de realizar
nuevamente una jugada magistral: en un día como todos la puso en mi camino; era
un poco difícil de creer, pero finalmente había encontrado a alguien que tenía
el mismo don…sabía escuchar.
Las conversaciones parecían interminables por
momentos, cada pregunta que me hacía me obligaba a retroceder en el tiempo y
recordar momentos e incluso revivir emociones que tenía guardadas en mi corazón.
Cuando traigo a mi memoria aquellos instantes me resulta casi imposible no
dibujar una sonrisa en mi rostro.
En un giro súbito y difícil de comprender su
cariño se iba convirtiendo en un sentimiento mayor. Al inicio no era tan
evidente, sin embargo, de a poco comencé a notar el cambio en su mirada. En
cuanto a mí solamente diré que la consideraba una mujer diferente y especial
que sabía escucharme como nadie hasta ese entonces. Había instantes en los
cuales pretendí forzar a mi corazón a mirarla de forma diferente, pero para mi
gran sorpresa aquel sentimiento mayor simplemente no brotaba a pesar de todos mis
esfuerzos.
Repentinamente su salud se quebrantó y aquella
dolencia a la cual había vencido años atrás estaba de vuelta. En aquellos días
nuestros encuentros habían disminuido considerablemente y alguien más había
llegado a su vida. A pesar de ello, el afecto permanecía vigente entre ambos,
aunque las circunstancias habían cambiado de manera casi irreversible.
Creo que difícilmente podré olvidar aquel día
cuando recibí la terrible llamada de que su dolencia la había vencido y que no
la iba a volver a ver. La noticia de su fallecimiento quebrantó toda mi alma.
En algún momento me creí culpable por no haber podido responder de la misma
manera al afecto que ella sentía por mí.
Te veo en el Cielo.
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